viernes, 29 de octubre de 2010

CAPITULO VIII

Todo en La Abadía era inmejorable,... los vecinos complacido por tener un siervo de Dios cerca. Y yo poder tener complicidad con ellos en cualquier momento. Una mañana despues de que todo estuviera a punto, dispuse a consagrar de nuevo la Iglesia. Sus paredes, sus bancos, enseres que se habían desempolvado de los arcones , todo ello con la ayuda de los vecinos de la villa. En fin, llegó el momento de la puesta en marcha.
Bendiciones y demás, dan paso a recorrer las estancias con los visitantes y foráneos. Todo eso era muy bonito visto desde fuera, pero el trabajo que lleva el reconstuir todo, nadie lo valora. Todo sea por el Altísimo. Esa mañana era radiante,... el lugar lleno. Ni una sola gota de agua cabía. Maravilloso estaba todo. Saqué un incensario de plata para ungir el altar,... un caliz, traido desde Roma, y unos manteles traidos desde León y  un libro que siempre llevo conmigo,...  fueron los que me acompañaron en todo momento.
Yo había llamado a unos chicos, de la villa a que me ayudaran en el oficio. Y aún recuerdo que les mandé callar mas de una vez. Pobrecillos.

( CONTINUARA... ESCRIBIENDOSE

sábado, 16 de octubre de 2010

CAPITULO VII "reuniones"

Desde que había llegado a la Abadía no había parado de hacer cosas. La boda, presentaciones a los demas vecinos por parte del Señor de Acebedo, había sido intensa. Pero lo que me gustaba era conocer a todos los miembros del Castillo. Entrevistarme con ellos. Conocerlos.. y así de paso saber como son.
recuerdo que una mañana fría estaban todos en el Salón del Trono. Murmullos de incertidumbre ante mi presencia. Qué les diría, como empezar... mmm, eso me recordaba a mi primera confesión. Esto no iba a ser en privado. Todos escuchariamos lo de todos. Así me lo propuse. Ser una piña. Que todos sepamos lo de todos, el unirse para lo bueno y para lo malo. Sin rencores ni picadillas que hacen que un eslabón falle, y se rompa la cadena.

El Señor de Acebedo me dejó su lugar para que me sentara, él estaría a mi izquierda. Recuerdo... que su señora a su lado,... y tres personajes más estaban formando un tribunal... llamemosle así... o mejor dicho... la junta de gobierno.

Todos ellos fueron presentados correctamente. Eso sí... hablamos de lo que suponía estar allí y a lo que se dedicaban cada uno de ellos. Todos alrededor de la mesa charlamos hasta muy tarde. Así fue como me daba cuenta de los detalles de cada uno. Sus gestos, forma de expresarse, sus ganas de hablar, sus inquietudes, sus miedos. Me iba dando cuenta que cada uno es diferente pero con algo en común. Disfrutar de la vida como el que mas.

viernes, 1 de octubre de 2010

CAPITULO VI "La Abadía"

             La  Abadía del Duero es un lugar muy acogedor. No pensaba que fuera así. En primer lugar el señor de Acebedo, junto a los guardias que custodian toda la región, fueron los que me mostraron todas las dependencias. desde la Iglesia, hasta los rincones mas inesperados junto a los compartimentos que se esconden detrás de los tapices y puertas falsas.
Quizá una de las cosas que mas me ha llamado la atención ha sido el silencio de sus paredes.Allí no hablaba nadie. No se sabía nunca si hay vida en el. Pasillos grandes y largos hacen especial el lugar. Cada aso que das, retumba por todo el lugar. A veces cuando vas deprisa en el caminar, se entremezcla con el eco y ya no sabes si son los tuyos o te estan siguiendo.
 Desde que estoy en la Abadía, siempre me da la sensación de que alguien siempre está mirando... la sensación es de que alguien vigila tus pasos y cosas asi.
      La Abadía tiene un patio interior donde están los restos de los hermanos difuntos. esos que un día fueron testigos de lo que ocurrió en estas paredes de piedra. Un tapiz verde cubre el terreno cuidado por los escasos hermanos frailes que habitan en este lugar. Al fondo un pozo de donde sacamos agua para tomar y regar la huerta. El lugar está rodeado por arcos que dan lugar al reposo y oración.
Siguiendo por un lateral, se llega hasta una celda. Es oscura, en la parte izquierda hay una tabla que hace de cama, junto a una ventana estrecha con reja. A la derecha una mesa y un escritorio. Al lado, un compartimento donde una lamparilla de aceite ilumina una cruz de madera. Lugar de oración. Todo ello lo separa del resto, mediante una puerta tosca y gruesa... mas bien carcomida que chilla cuando la mueves.  Mas adelante hay unas puertas que van a dar a la capilla. Esta es de una sola nave. Un poco derruida a causa de un deterioro del tiempo. Goteras y aire a causa de las grietas era la única compañía que teníamos en ese momento. Con un poco de ayuda por parte de todos.. se arregló y se empezó a darle utilidad.Los pocos hermanos frailes que estaban en ese lugar iban abriendose mas hacia mi. Es natural, que no me conozcan y sea para ellos aún extraño, siendo tambien como ellos. Un siervo de Dios. Allí empezaron a llegar gente de la villa para pedir algún que otro oficio,... misas, rezos y peticiones . Poco a poco me convertí en mediador de algún que otro conficto.

Aún recuerdo como si hubiese sido ahora mismo,.. mis primeras palabras. comenzaban así.....

"" HERMANOS DE CABALLEROS DEL DUERO Y TODOS AQUELLOS QUE LLEGAIS DE FUERA A VISITARNOS A AQUESTA ABADIA....

Desde mi traslado a Tierras Castellanas desde mi tierra en León, he visto como esta abadía va formando familia. Poco a poco he visto, y sentido pasos de como se afrontan los quehaceres cotidianos del dia a dia... Vecinos que traen sus pertenencias para compartirlas con los CDD para asi cada tarde en horas vespertinas nos reunimos todos y comentar a modo de FILANDON (palabra leonesa) .

Hoy es fin del mes ... en la sacristia de la iglesia me encuentro haciendo balance de lo acontecido en la abadia.... Confesiones varias, misas todos los dias... y alguna que otra rogativa para que el tiempo siga asi de bueno para todos los acontecimientos. he echado de menos algún que otro vecino por el confesionario pero es normal... no a todos nos gusta confesarnos con el pater, si con Dios o con esa fuerza o energia q nos aporta bienestar ....

En este mes.... hemos hecho reformillas en el tejado de la Iglesia, recostruido el confe q tenia mas carcoma que madera... y hemos rescatado de los baules ese palio viejo que con la ayuda de esas bordadoras de la villa de enfrente, hemos podido restaurar.

Ya sabeis que desde aquí... se os concede entrar comodamente en nuestro feudo. Como veis, es acogedor... yo diría que un poco  frío porque las paredes son altas y fuertes y el calor no llega a celentar todo... pero bueno... A la izquierda de los grandes ventanales que dan al oeste hay unas tinajas de buen vino del Duero.Con vuesa compañia el calor ya se nota.""

Esta fué mi primera homilía en la capilla del Priorato. 




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